Soñar con un pingüino
paulafornells | 28 novembre 2011Hace seis meses que al menos una vez por semana un pingüino aparece en mis sueños. Suelo tener sueños sin sentido, como todo el mundo, supongo. Las ideas se mezclan, personas que no se relacionan en la vida real aparecen juntas; escenarios que nunca has visto antes se acoplan a los cotidianos… Son sueños, al fin y al cabo. Así que cuando soñé por primera vez con un pingüino no le di ni la menor importancia.
Pero ese sueño sólo fue el principio de lo que en un futuro sería mi obsesión. Recuerdo que a la semana siguiente desperté y mientras desayunaba me vino a la mente el sueño que esa noche había tenido: bajaba unas escaleras en un bosque de Cabrils y, de repente, vi pasar un pingüino, como quien ve pasar a una persona…Y así mi pingüino fue acompañándome en mis fantasías nocturnas
Una noche, hace mucho tiempo, mi amiga Paula durmió en mi casa. Recuerdo esa noche como si fuera ayer. Al levantarme, lo primero que le dije fue que había soñado con ese maldito pingüino. Como era domingo y nuestra vida social es muy poco interesante, decidimos buscar la interpretación de mi sueño en internet. Teniendo en cuenta lo supersticiosa que soy y lo obsesiva y paranoica que puedo llegar a ser, podréis imaginaros la cara que se me quedó al descubrir que mis sueños con pingüinos simbolizaban un claro desequilibrio emocional en mi vida debido a relaciones que no tenían ni pies ni cabeza.
Me compré un amuleto que supuestamente te ayudaba a encontrar tu paz espiritual (y lo perdí), intenté abandonar mi obsesión con los pingüinos, me mantuve al margen de cualquier situación, objeto o persona que me recordara o estuviera relacionado con este animal… pero fracasé. Es lo malo de los sueños, son controlados por tu subconsciente, no por tu sensatez.
Esta noche he soñado con el pingüino, le he cogido hasta cariño y ya no tengo ningún interés en abandonar esta obcecación, aunque ello signifique tener desequilibrios emocionales de por vida. Quizá la pequeña ruptura de una vida equilibrada sea exactamente lo que necesite para darle emoción a esta rutina que me mata. Y tal vez este pingüino sea una creación de mi subconsciente para salvarme de la aburrida realidad, o simplemente un factor más para volverme loca, cosa que, por cierto, me encanta.
Paula